Por BEN FINLEY y KONSTANTIN TOROPIN
WASHINGTON (AP)
El presidente estadounidense Donald Trump ha decidido trasladar el portaaviones más avanzado de su nación a Sudamérica para su campaña contra el narcotráfico, lo que implica sacar el barco del mar Mediterráneo en un momento en que un frágil alto el fuego entre Israel y Hamás se ve amenazado por nuevos ataques israelíes en Gaza.
Estados Unidos se encuentra en la posición bastante inusual de tener sólo un portaaviones desplegado y ninguno en las aguas frente a Europa y el Oriente Medio. El cambio es especialmente notable después de que Estados Unidos e Israel atacaran Irán en junio y de que Estados Unidos se enzarzara en algunas de las operaciones de combate más intensas desde la Segunda Guerra Mundial contra los insurgentes hutíes de Yemen en el mar Rojo.
Los portaaviones, con miles de marineros y decenas de aviones de combate, han sido reconocidos durante mucho tiempo como uno de los máximos símbolos del poderío militar de Estados Unidos y de las prioridades de la política exterior de la nación. Ha habido cinco despliegues de portaaviones en el Oriente Medio desde que inició la guerra en Gaza hace dos años, incluyendo dos portaaviones en la región en múltiples ocasiones este año y el pasado.
Las nuevas órdenes para el USS Gerald R. Ford ilustran el creciente enfoque del gobierno de Trump en el hemisferio occidental, y marcan una importante escalada de poder de fuego a medida que el ejército de Estados Unidos intensifica los ataques mortales contra embarcaciones a las que acusa de transportar drogas ilícitas.
Ante el incremento de buques de guerra, aviones y tropas en la región, el propio Trump ha indicado lo que podría ser lo próximo. Hablando desde otro portaaviones, el USS George Washington, en su puerto base en Japón, Trump destacó los ataques de Estados Unidos en el mar y reiteró que “ahora detendremos las drogas que entran por tierra”.
Mark Cancian, asesor sénior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y coronel retirado de la Infantería de Marina de Estados Unidos, cuestionó cuánto tiempo podría permanecer el Ford en Sudamérica, cuando sólo tres de los 11 portaaviones de Estados Unidos suelen estar en el mar. “Puedes imaginarte las negociaciones de paz rompiéndose en el este del Mediterráneo o algo sucediendo con Irán”.
El USS Nimitz también está desplegado, pero se dirige a casa desde el mar de China Meridional antes de ser dado de baja. Recientemente perdió dos aeronaves — un avión de combate y un helicóptero — en incidentes separados que están bajo investigación. Un tercer portaaviones, el USS Theodore Roosevelt, no está desplegado, pero está realizando maniobras frente a la costa de San Diego.
Este movimiento ocurre justo cuando la violencia ha resurgido en Gaza a pesar de un alto el fuego que Trump ayudó a negociar. El ejército israelí lanzó una serie de ataques el martes mientras las tensiones con Hamás crecían dos semanas después del frágil alto al fuego.
Despliegue del portaaviones aumenta presión sobre Venezuela
Mientras tanto, la creciente presencia militar de Estados Unidos cerca de Venezuela y sus ataques mortales contra pequeñas embarcaciones han avivado los temores de que Trump podría intentar derrocar al presidente Nicolás Maduro, quien enfrenta cargos de narcoterrorismo en Estados Unidos.
En respuesta a preguntas sobre la especulación, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, insistió el sábado en que Estados Unidos está participando en una operación antidrogas. Y nuevamente acusó al gobierno de Maduro de participar en el envío de narcóticos.
“Este es un problema muy serio para el hemisferio, y uno muy desestabilizador”, comentó Rubio. “Y eso tiene que ser abordado”.
Maduro dijo en una reciente transmisión en cadena nacional que el gobierno estadounidense está fabricando una guerra contra él. “Inventan un relato extravagante, mentiroso, falso y negador de la realidad”, afirmó Maduro. Además, Venezuela no es un país productor de hoja de coca, añadió.
Los expertos dicen que el contingente de Estados Unidos en la región no es lo suficientemente grande para una invasión. Pero podría ayudar a expulsar a Maduro, y posiblemente sumir a la nación en el caos.
“Hay un potencial realmente alto de violencia e inestabilidad”, según Geoff Ramsey, experto en política de Estados Unidos hacia Venezuela y miembro senior del Atlantic Council. Si Maduro pierde el poder, dijo que Venezuela podría “degradarse en un colapso al estilo de Libia que podría durar años”.
Los ataques terrestres son “una posibilidad real”
El grupo de ataque del Ford, que incluye cinco destructores, se sumará a otras tropas de Estados Unidos en las aguas frente a Venezuela. La Marina estadounidense ya tiene ocho buques de guerra en la región: tres destructores, tres barcos de asalto anfibio, un crucero y un buque de combate litoral más pequeño diseñado para aguas costeras.
Un submarino de la Marina de Estados Unidos también está operando en el área más amplia de Sudamérica y es capaz de lanzar misiles de crucero. El ejército de Estados Unidos también envió un escuadrón de aviones de combate F-35B Lightning II a Puerto Rico y recientemente envió un par de bombarderos pesados supersónicos hasta la costa de Venezuela.
Estados Unidos dice que su ejército ha matado a por lo menos 61 personas en los ataques contra embarcaciones que acusa de transportar drogas. Trump ha declarado a los cárteles narcotraficantes como combatientes ilegales debido al flujo de narcóticos hacia su país y dice que Estados Unidos está en un “conflicto armado” con ellos, apelando a la misma autoridad legal utilizada por la administración Bush después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Legisladores de ambos partidos políticos de Estados Unidos han expresado preocupaciones por la falta de aprobación del Congreso y por la falta de disposición de Trump para proporcionar detalles sobre los ataques. Pero algunos, como el senador Lindsey Graham, creen que el presidente tiene toda la autoridad que necesita.
Graham dijo el domingo en “Face the Nation” de CBS que los ataques terrestres en Venezuela son “una posibilidad real”. “No vamos a cruzarnos de brazos y ver botes llenos de drogas llegar a nuestro país”, dijo Graham. “Vamos a volarlos y matar a las personas que quieren envenenar a Estados Unidos, y ahora vamos a expandir las operaciones, creo, a tierra”.
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